Si me aficionase hoy…

…al fútbol femenino, me haría las mismas preguntas que me hice en su día, y básicamente una: ¿quienes son las mejores? Porque a todo el mundo le gusta, cuando entra en un mundo (el que sea), conocer rápidamente donde está la excelencia… en quién te debes fijar en principio, mientras vas creándote tus propias opiniones.

Cuando yo entré, me hablaron de Montse Tomé, de Ini… un día escuché a alguien muy informado, mientras veíamos un partido de la selección sub-25, que realmente Montse tenía una calidad muy grande, pero que la mejor de Asturias era Peque.

El fútbol admite millones de puntos de vista, millones de valores que ponderar para escoger favoritos. Yo tengo los míos, y muchas de las opiniones que escuché al principio, con el paso del tiempo han quedado aparcadas. Pero aún con eso, es bueno recibirlas al aterrizar.

Hoy por hoy tengo mucho fútbol femenino visto, y tengo opinión sobre quienes son las mejores. Y probablemente mis opiniones no sean muy lógicas….

Hay futbolistas que destacan por una exquisita técnica. Hay futbolistas que destacan por una condición atlética sobresaliente (Grandes, fuertes, veloces) hay futbolistas que entienden el juego, hay futbolistas que destacan por un gran sentido táctico: lo que se viene a decir «visión de juego». Hay futbolistas que sobre todo, lucen valentía y garra.

A mi me gustan futbolistas que no fían su calidad a uno de esos factores solamente. Y eso quizá no sea lo habitual. Mis Favoritas en general destacan poco. O al menos destacan menos de lo que se pide destacar a un favorito.

¿y por qué? Cuando se mueve uno por un campo a más velocidad que los demás, es más fácil lucirse. Cuando se tiene una técnica superior a los demás, también se destaca sin esfuerzo. Cuando se vé la jugada un segundo antes que los demás, de nuevo se facilita el lucimiento. A mí me gustan las jugadoras que dominan el fútbol, que están comprometidas con sus compañeras, que demuestran estar en buena forma física, que más que correr controlan el balón, que juegan en equipo y que no se basan en una superioridad concreta para lucir su fútbol.

Y además, soy proclive a la posición de mediocentro. Y es que en general, el mediocentro debe ser un futbolista completo. Si no la sabe tocar, no vale. Si no corre, no vale. Si se obceca con el balón, no vale. Si no sabe estar en el sitio justo, no vale. Si no sabe defender, no vale. Si no sabe atacar, no vale. Si no mantiene la calma, no vale. Si la mantiene demasiado, tampoco vale. En definitiva, si no domina todas las facetas del fútbol, no vale. Así que, ya de entrada, si juega de mediocentro ya me mola. Porque se supone de entrada que tiene virtudes equilibradas.

Pero claro, no sólo de mediocentros vive el fútbol. Yo es que vivo el fútbol desde el prisma del mejor jugador que he visto jugar: Fernando Redondo (Bueno, también he visto a Maradona, pero ese marciano está fuera de concurso). Redondo es el paradigma de jugador superdotado. Y lo grande de los mediocentros es precisamente eso: que no lucen, a no ser que sean tan buenos que no haya manera de esconderlo, como Redondo.

Cuando Redondo estaba en el campo, se notaba en todo. Lo impregnaba todo, lo empujaba todo. Era un abusón y se notaba. Trascendía incluso a sus categóricas condiciones de jugador total. Pero si buscais en Youtube, los videos de Redondo no son espectaculares. Casi cualquier tuercebotas tiene videos más vistosos que Redondo. Y eso es cierto y además injusto. Aunque Redondo evidentemente también tenía carencias (básicamente, sólo jugaba con la izquierda).

En definitiva, que triunfan más fácilmente quienes logran la excelencia en un factor, que los que alcanzan la excelencia en la suma ponderada de factores variados. En pocas palabras, triunfa mejor quien tiene un sólo sobresaliente, que quien tiene 7 notables. Y para mí no.

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Para mí son otros los factores, y primordialmente, el nivel de implicación en el juego colectivo. Retomando el título, si me aficionase hoy, me gustaría que algún enterao me dijera que me fijara en Zara, en Andrea «Rizos», en Julia, en Tania, en Laura García, en María Pérez «Peque», en Karol, en Irene.