La Braña – Ovifem.

Interesante partido entre dos equipos que se presentarán como novedad en la copa federación. El Ovifem es un equipo de fútbol-sala, al parecer de muy buen nivel. La Braña es un equipo nuevo, aunque tenga muchas reminiscencias de aquél legendario Gijón B de años pasados. Pero es un equipo nuevo. Un equipo con objetivos, en el inicio de su andadura, con hambre de fútbol tras toda la temporada entrenando y nada más, con respaldo y soporte de un club con solera en Gijón. Un club de donde salió nada menos que Luis Enrique.

Estas premisas se notaron en el partido: El Ovifem toca muy bien, manejan el balón con técnica refinada, y muestran en el campo su vocación de fútbol-sala. La Braña es un equipo que no sabe lo que es la «poca intensidad». Se les nota ganas de competir, tienen ganas de hacerse ver. No en vano, muchas de éstas jugadoras vienen de un equipo al que se puso punto final justo después de alcanzar deportivamente la categoría nacional.

Lo reconozco: yo soy de La Braña. Demasiadas jugadoras del equipo con el que me aficioné. Además es que no necesito fijarme mucho para captar los detalles de su juego, porque es un equipo que me conozco muy bien. Supongo que se me pueda perdonar que centre mis comentarios en las jugadoras que conozco.

Aunque el equipo es en gran parte aquél Gijón B, hay varias novedades. Algunas son jugadoras nuevas, y otras son jugadoras que en el Gijón eran muy jóvenes y que están ahora explotando. En aquél Gijón no estaba Alba, e Iris. Y aquí sí que están. Y vaya cómo están. Aunque Alba lamentablemente jugó poco porque se lesionó. Pero ambas son jugadoras de una pieza: listas para competir. Preparadas para el choque con jugadoras mayores. Y con una clase que resulta deslumbrante en ambos casos.

Todo un año en el dique seco es demasiado. Cuando las ví correteando con esa camiseta azulgrana, me daba la sensación de que hacía siglos que no las veía. Ahí estaba de nuevo Noelia, con su velocidad inaudita. Ahí estaba Elena, con su increíble potencia y solvencia defensiva, ahí estaba Nuria, con su toque fino y su conducción poderosa. Ahí estaba Aymará, que sigue arrasando y dominando kilómetros cuadrados. Y muchas otras. Y caras nuevas. Y ahí estaba Pibe.

El partido, a pesar de ser amistoso, resultó bastante intenso. Choque, calidad, potencia, entrega. Un partido de verdad. La Braña juega fuerte, espoleado intensamente desde el banquillo, donde Pibe no se corta a la hora de chillar los errores, animar los aciertos, corregir, y alentar a sus jugadoras.

No puedo hacer una crónica al uso, porque no conozco nada del Ovifem, nada de nada, y La Braña hizo muchos cambios, de forma que el seguimiento será limitado. Pero algunas cosillas sí que se pueden decir, que algo ví. :-D

Miriam estuvo en la portería durante el primer tiempo. Miriam es una portera valiente, con reflejos, con potencia de salto y mando en el área pequeña. Poco a poco ha ido puliendo sus fallos iniciales, y ahora podemos decir que es una portera de garantías, capaz de sacarse de la manga de vez en cuando paradones espectaculares.

El equipo parece que juega con un 4-4-2 con rombo, o mejor con doble pivote escalonado. Sí, como supondréis, la manija de La Braña recae sobre la dupla mágica, Laura-Aymará. De nuevo en un campo, dos jugadoras que apabullan, imponen una ley tiránica, suma de poderío y clase. Aunque de inicio no era así, ya que Aymará formó junto a Elena en defensa. En ésos minutos, si no me equivoco, la que acompañaba a Laura en la zona ancha, era Iris.

Qué grande es el fútbol, y es que se puede jugar de mediocentro exhibiendo cualidades muy diferentes. Iris y Aymará son totalmente diferentes. Físicamente y en cuanto a forma de jugar. Sin embargo, dominan el fútbol, lo que les permite dotar al equipo de su personalidad futbolística. Aymará domina la parcela por medio de su tremenda potencia, y su calidad para pelear los balones, hacerse con ellos, y moverlos con calidad práctica.

Iris no es tan física, aunque sí muy dinamica. Lo hace de otra manera: Se mueve deprisa, y se lleva los balones sin tanto choque. Pero se los lleva. Y una vez en sus dominios, hace gala de una conducción elegante, y luce un dominio técnico muy llamativo. Antes eso no era práctico, porque era pequeña y perdía los duelos por puro físico. Pero ahora es otra cosa. Arranca, y se vá. Ya tiene planta de futbolista completa. Ya tiene peso en el campo, ya puede dar miedo. Su dinámica es demoledora. Va a toda leche con la cabeza levantada. y se le puede ocurrir cualquier cosa.

La Salida de Cristina recuperó aquella pareja de centrales que mandaba en el Gijón B hasta la irrupción de la gran Lorena. Elena y Cristina son una pareja muy brillante, con virtudes complementarias, y muy dificiles de superar. En los laterales jugaron Vanesa y Diana. A Diana la tengo muy poco vista, pero parece muy solvente, enérgica y rápida, y con muchos recursos técnicos. Vanesa destaca por su potencia defensiva, y su polivalencia. Muchos la recordarán jugando de mediocentro. Oficio, entrega, y experiencia.

A los lados de la dupla mágica, si no me equivoco jugaron Alba y Noelia, las cuales son, sobre todo Noelia, suficientemente conocidas. El año pasado fué la segunda máxima goleadora de regional, sólo por detrás de la super-depredador Tamy, «la abusona». Noelia tiene gol. Por banda es irresistible. Poderosa y rápida como ninguna. Alba venía pegando fuerte desde muy niña, y éste año debe ser el de su definitiva irrupción. Su calidad es total, y puede jugar casi casi en la posición que quiera. Pibe la pone en banda.

El equipo se corona con Vanesa Pombo y Nuria, aunque no puedo precisar si como pareja de delanteras, o como delantera y segunda delantera. Si tengo que apostar diría que Pombo juega en punta, y Nuria arranca desde más atrás. Pero no sé…

Durante el partido, no quisiera equivocarme, pero jugaron Melania (voluntariosa, con buena movilidad), Iria (que mostró un soberbio manejo del balón) y Paula, la cual de momento parece que muestra facilidad para irse de las rivales físicamente aunque quizá se pone nerviosa y le cuesta resolver los uno contra uno. Pero desde la primera vez que la ví, se nota que va cogiendo más confianza. El potencial está ahí.
El partido no fué muy bueno cara a la galería: se notó quizá la falta de ritmo de La Braña, que sin embargo mostró un poderío físico muy evidente sobre todo al final. Espesas, relativamente suaves en el movimiento, y poco acopladas, mandaron por «peso especifico» en el partido, aunque el Ovifem mostró sus garras, con jugadoras muy dinámicas, capaces de llevar el balón cerquita del tobillo y de combinar con sabiduría.

Dos equipos nuevos. Prometedora savia nueva para el fútbol en Asturias. La Copa federación se plantea super interesante.